Estamos escribiendo nuestras impresiones de Nueva York desde el aeropuerto JFK, hoy es nuestro último día en tierras americanas. Vamos a intentar plasmar cuáles son nuestras sensaciones ahora mismo, cuando aún no hemos abandonado este continente y describir lo que sentimos nada más salir de la capital del mundo.

Nuestras impresiones de Nueva York.

A continuación os relataremos nuestras impresiones de Nueva york.

Cuando llegamos el primer día, el jet lag y la locura de la ciudad nos abrumó un poco. Como algunos ya sabréis, hemos vivido en Londres y en París, pero el ritmo de Nueva York es diferente. Todo va demasiado rápido y en todos sitios hay demasiada gente.

No queremos generalizar porque solamente hemos estado en Manhattan, seguramente haya otras zonas en Nueva York más tranquilas, pero Manhattan no duerme, es constante y muy muy rápida, o te adaptas a su ritmo o estás perdido.

Este viaje ha sido como estar dentro de una película americana constantemente y es que ¿quién no ha visto esta ciudad en algún largometraje?  

Nosotros hemos crecido viendo películas y series ambientadas en Nueva York, y por primera vez en la vida íbamos a poder ver en vivo y en directo los decorados de todas estas historias.

Hemos estado doce días y aunque es cierto que obviamente se nos han quedado muchísimas cosas por ver, creemos que ha sido el tiempo justo para visitar los puntos turísticos más importantes.

Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es la mezcla tan asombrosa que hay de culturas. Hemos podido disfrutar de comidas de todos los rincones del mundo y hemos visto a gente de muchísimas nacionalidades, todas conviviendo en una sola isla, increíble. Hemos visto una cultura enriquecida por cada una de esas personas. Puedes encontrarte con una variedad de restaurantes, tiendas, librerías o cafeterías espectaculares de cualquier parte del mundo.

Manhattan se divide básicamente en tres zonas Uptown, Midtown y Downtown. Nosotros nos hemos dedicado a recorrer las dos últimas, y digo recorrer porque no hemos cogido el metro prácticamente para nada, hemos querido patear la ciudad y vivir en esencia la vida neoyorquina ¡Nada de ver sólo metro!

Orientarse en Manhattan es facilísimo, las calles están trazadas con escuadra y cartabón, solo hay que fijarse en el orden de las calles (van numeradas). Además, tienes edificios como el Empire State o el Edificio Chrysler que te sirven de guía.

Una cosa sí que os decimos, Nueva York es caro, concretamente Manhattan es muy caro (nada que no sepáis). Comer, como no sea McDonalds o similar no os va a salir por menos de 15$ por persona. Nosotros la mayoría de las veces hemos comprado la comida para llevar en cualquier franquicia como Pret à Manger o Starbucks y hemos disfrutado merendando en sus parques o plazas.

Los primeros dos días fueron de adaptación total, simplemente pasear por los alrededores visitando Times Square, Central Park o la famosa 5th Avenue. Es algo que si tenemos tiempo nos gusta hacer, una primera toma de contacto.

Estar en Times Square es como viajar al futuro, te sientes muy pequeño rodeado de cientos de neones y luces, sin saber cuales mirar. Esta zona siempre está llena de gente, y justo en el centro están sus famosas escaleras rojas donde puedes sentarte a contemplar el espectáculo de ciencia ficción que tienes a tu alrededor.

Central park por el contrario es el remanso de paz de la ciudad, una bocanada de aire fresco en medio del bullicio neoyorquino. Este parque es una de nuestras zonas favoritas de Manhattan, además, debido a la época en la que hemos ido (otoño), el parque estaba precioso, con sus árboles teñidos de una gama muy amplia de rojos, ocres y naranjas. ¡Qué maravilla! Es cierto que Nueva York corre muy deprisa, pero parece que se pare y pasee por Central Park.

Nos encantó pasar la tarde recorriendo todos sus senderos, tumbándonos un rato en sus praderas, cruzando sus puentes o simplemente sentándonos en cualquier banco a observar el lago. Visitamos la estatua de Balto, la de Alicia en el país de las maravillas y escuchamos canciones de los Beatles en los Strawberries Fields.

Os contamos una anécdota. Al lado de la Fuente Bethesda había una familia afroamericana cantando “a cappella” unos villancicos, y a uno de nosotros se le escapó una lagrimilla. Fue increíble cómo el fruto de la coordinación de sus voces nos transmitió tal emoción. Esta anécdota marcó nuestras impresiones de Nueva York.

Una cosa que sí os recomendamos es que madrugueis todo lo posible. Todo está siempre muy lleno de gente, así que si queréis hacer buenas fotos o simplemente disfrutar de los lugares sin masificar, lo mejor es madrugar y llegar cuanto antes, como hicimos nosotros un día con Rockefeller Center o Brooklyn bridge.

Nos emocionamos mucho viendo un partido de la NBA, como buenos americanos hacen de cada evento un espectáculo ¡Y vaya espectáculo! Animadoras, malabaristas, cámaras por el aire, lanzamientos de camisetas…. ¡Una locura de gritos, música y luces! Eso sí, en cuanto sonó el himno americano, en el Madison Square Garden no se escuchaba absolutamente nada aparte del cantante. Se nos pone la piel de gallina solo de recordarlo.

Dimos un paseo precioso por el East River, mientras nos íbamos acercando cada vez más a Brookyln Bridge. Un paseo tranquilo, con apenas gente y muy especial. ¡Os recomendamos que no os lo perdáis!

Otra de las cosas que hicimos fue subir a la corona de la Estatua de la Libertad, bien es cierto que nos la imaginábamos más grande, pero fue una experiencia de esas que tachas de tu “bucket list”. 

Hemos podido disfrutar del “Skyline” de Manhattan desde diferentes puntos y es increíble. Increíble cómo una isla tan pequeña puede tener esa cantidad de edificios. Edificios muy diferentes entre ellos pero que hacen un conjunto espectacular, complementándose a la perfección. Aquí os contamos las 5 vistas imprescindibles del skyline de Manhattan y como comprar los tickets para subir a la corona de la Estatua de la libertad.

Nuestra impresiones de Nueva york están condicionadas por las fechas en la que viajamos. Hemos tenido la suerte de ir en época de Acción de Gracias y Navidad, y nos llevamos muchos recuerdos especiales. Como el desfile de Macy’s o el alumbrado del árbol de Rockefeller center. Pero la magia está en cada esquina en esta época. Puedes escuchar villancicos en cada rincón de la ciudad y todo está espectacularmente adornado con luces. 

¡Incluso patinamos sobre hielo! Un día decidimos ir a Bryant Park y ponernos los patines, fue una noche mágica, patinando los dos juntos, sonando “Let it snow!” del increíble Frank Sinatra y con el Empire State iluminado a nuestro lado ¿Podíamos pedir más?

Otro momento especial fue cruzar el grandioso Brooklyn Bridge y pisar Brooklyn mientras dejas atrás al bullicioso Manhattan. Las vistas desde el puente son increíbles.

Caminando por los Hudson Piers nos hemos maravillado con el Downtown y sus grandiosos edificios, un espectáculo para la vista. Un paseo romántico y divertido dónde intentamos no perder de vista nunca a la Estatua de la Libertad.

¿Y qué podemos decir de subir a Top of the Rock? De lo más impresionante que hemos hecho nunca. Subimos dos veces, al amanecer y al atardecer. No sabríamos cuál escoger. Aunque es cierto que nos pareció muy romántico ver como el sol se escondía y dejaba paso a la noche neoyorquina viendo como se iluminaba cada ventanita de cada rascacielo de Manhattan. 

Ha sido un viaje intenso, rápido y muy especial. Nueva York nos ha llevado a su frenético ritmo a conocer cada esquina de la ciudad y nos hemos dejado llevar. Porque como os hemos dicho antes, es muy difícil descansar en una ciudad que nunca duerme. Pero toda esta rapidez choca de golpe con artistas que se pasan horas dibujando en High Lane, o la gente que hace yoga en Central Park. Dentro de esta gran manzana, los neoyorquinos sacan tiempo para relajarse y buscar su huequito de paz y tranquilidad. Hemos visto mucha gente haciendo actividades al aire libre, leyendo, escuchando música tumbados en un parque, corriendo…

Y es que aunque los que vamos de visita vamos de un lado para el otro, nos ha dado la sensación de que a los neoyorquinos no les afecta. Viven una realidad paralela donde trabajan mucho pero se sienten especiales y únicos en esta gran ciudad. Las posibilidades se multiplican, hemos visto restaurantes y cafeterías que no existen en ninguna parte del mundo. Librerías de todos los géneros posibles, música diferente en cada esquina, todo tipo de deportes… Si existe, lo puedes hacer en Nueva York.

Al fin hemos podido cumplir un sueño más, un sueño muy especial. Hemos estado viviendo dentro de una película americana más de diez días. Lo bueno es que ha sido una de estas pelis románticas, de las que siempre tienen final feliz.

Estas han sido nuestras impresiones de Nueva York, ojalá os hayan entrado más ganas de visitarla. ¿No dejas un comentario con tus impresiones de Nueva York?

 

Impresiones de Nueva York.